Puto el que lee

Puto…… esa fue la primer palabra que le dije a un tal Juan, algo que cualquier idiota mortal hubiera definido como un agravio.
Claro que entre el y yo el agravio no existe como ni siquiera una definición de algo.
3000 kilómetros nos separaban.
La maldita tecnología nos juntaba, esta charla absurda y casi definitoria de mi futuro inmediato, por medio de un raro y diabólico aparato llamado teléfono celular, sin que lo supiéramos marcaba el siguiente paso que yo daría.
Claro que pasos no podría dar en este preciso momento, ya que las tres botellas de vino, incluyendo el Gran Patrón Santiago Reserva del 2001 que había pagado una fortuna y no en pesos sino en Euros, ( paradoja extraña de nuestra nacionalidad mentirosa), me llevaría directo a la graciosa situación de enfrentarme casi de manera natural y brusca, rara, por no adjetivisarla de otra manera, a no se que situación que la verdad no quiero ni imaginar. (sic).
Encerrado en este maléfico cuarto de hotel del culo del mundo, trato de mantener la conciencia que seguramente mañana por la mañana necesite para enfrentar la responsabilidad que es la puta razón de mi estadía en este no se donde.
Días de viajes en todos los medios de locomoción, quizás, en una de esas, por que no, lograrían un descanso en mi mental turbiedad. Pero no, parece que como una fría computadora logro manejar los momentos de ser el ingeniero proyectista responsable que se requiere, y en otros momentos, los de soledad, caigo en la barbarie intensa que se apropia de mi ser. Ahí es donde me encuentro laxo, casi flotando en gravedad cero, un astronauta de la mísera vida del terrestre que se frustró y se desencantó de la puta vida de engaño vivida.
Ahí es donde me reconozco, donde mirándome al espejo y viendo varios yos, puedo seguir adelante. En una de esas pueda quizás salir por la mañana de este hotel, pueda tal vez subirme al auto alquilado que me debería llevar a otro mundo, al mundo que según un tal Juan ( que aclaro no soy yo ) es el que domino y se vivirlo.
Pero también hay otras opciones, una podría ser el despertar en varios días, olvidar quien soy, y aparecer en un recóndito lugar del mundo en donde comenzaría una historia claramente diferente. Ser alguien totalmente desconocido hasta para mí, dejar salir la brutalidad y aspereza de adentro creando el Juan que tal vez sea yo en esencia.
O quizás, después de esta noche, me tome un migral, baje la cabeza, me suba al auto alquilado, cumpla con mi deber y siga el itinerario que tengo establecido para seguir transitando el camino que varios esperan de mi.
No se, no se nada, no se donde estoy, no se donde voy, solo se que al mirarme al espejo en este estado, cínicamente logro reconocerme. Y pregunto……… los espejos mienten? Mañana tendré frente a mi otro paisaje? Mañana estaré en otro sitio? Mañana llegara?........................ Mañana les cuento…………

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