Casi un odio

Temeroso  espero que saltes dentro mío, masticarte y escupir tus huesos.
Mirarlos mientras los levanto del piso y chuparlos buscándote otra vez.
Volver a encontrar tu sabor que emborracha todos mis sentidos.
Darme la oportunidad de libremente, entregarme a tus traicioneras virtudes.
Permitir que arrases con las paredes que levanto ciego frente a vos.
Resucitarte para saborear tus detalles de las formas en que no me permito.
Perderme en una risa tuya mientras nuestras tímidas manos acaban con el miedo.

Risa

Un floreciente espasmo que delata este trance abruptamente feliz, me saca una sonrisa.
Caigo en una risa impertinente y gloriosa, que en breve momento, me colma de placer.
Sigo riendo acompañando el tiempo del instante, hasta que un golpe me despierta.
Es solo un amanecer impertinente que me pide más motivos para seguir riendo.
Con tímida mirada escondida y sumisa voluntad, un vergonzoso guiño se hace cómplice.
Espero la respuesta de ese gigante, que permito ser supremo,  y casi con deseo tímido,
rio otra vez. Vuelvo a reír, lleno de risa mi espacio, lleno de risa el universo que fugaz me acompaña.

Siglos

A pasado más de un siglo y ya no soy el de allá que solía doblar por esa esquina.
Ruta nueva se dibuja, y me muestra a un yo que desconozco.
Disyuntivas que se presentan con la imposibilidad del dejar nada.
Miedo lógico de perder lo que hoy está sosteniendo y agradando.
Recorre mis venas un jugo que alimenta y pone al descubierto las heridas.
Melancolía que no quiero como motivo, me tienta y lleva a tentadoras decisiones.
Temores de equivocas acciones llenan la visión cercana frente a mi ojos nublados.
Finales que despiertan el miedo de la perdida, acobardan la certidumbre.
Tu piel, mi piel ..... tu piel ... mi piel. Una almohada llena tu volumen ausente.
Ausencia que camina junto al vacio que ya no se llena y pide a gritos mi atención.
Lucha que grita no actuar por necesidad, quiere abofetear mi conciencia.
Rostro que quiere recibir los golpes de los fondos audaces y que ansiosos ríen soberbios.
Enojos que juzgados, claman con bronca por tolerancia y un sesgo de complicidad.
Alma en pedazos acompañada del valor de cargarla, mira como estoy esperando algo.