Nota

"El amor es la sensación a buscar”, así, acusaba una tímida frase que a la mañana escupí en el desvelo ese, que entre otras cosas, oyó cuando vos hablaste con palabras lindas, que casi filantrópicas creo, recomendaban sabias formas de actuar.
Parece que se me esclareció un objetivo.

La suavidad, un desliz liso de un guiño de ojo ante ese segundo en donde la gracia de una paciente tolerancia y un maduro respeto, son la emoción no esperada; pero que paradójicamente esperabas sentir, pareciera que armó una cama perfectamente tendida que con tan atrevida pasión que no se discute, morís por acariciar .
La aspereza animal, que con justificaciones que minimizan vergüenzas y cobardes acciones no realizadas, se me sienta de frente y obliga a una caída de parpados cansados, tal vez ya ciegos, murmuran que se puede obscurecer el día y además, claramente delatan nuestro ecléctico (para ponerle una palabra cool a este párrafo) y también cuasi buscador de glamour barato, vestuario a calzarse hoy.

Nos agradecemos apuntando las pupilas hacia arriba, el poder ser cómplice de nuestro lado turbio, padre de ese caprichoso niño que aún sigue protagonizando, a veces, los insoportables berrinches atrevidos ya patéticamente reprochados, por ese vos mismo, auto definido como : …….señor probo matinal,

En fin, haber aunque sea leído una vez la definición de "discreción”, alguna tarde masticado una definición de "adulto" y merecidamente haber gozado de sus sabores maduros, hicieron que tus tacos de los mocasines se hayan elevado un par de centímetros.

Te sentiste genial tan solo por leer solo dos renglones del tomo 2 de la Rae.

Una maravilla.

También, por qué no, haber tenido la suerte de experimentar las delicias de una vida muy tuya y única, capitaliza todas y cada una de exquisitas bondades y terribles dramas, que van ayudando a pintar la tela pre desayuno.

Cargar con la mala suerte de no tener la virtud aun, de deseada constancia que tranquilizaría culpas, realzan luces en la pintura.

Al final, no está nada mal sentir orgullo de haberse convertido en director de renombre de tu breve largometraje.

Y claro, es buenamente bueno sonreírse para adentro, como felicitándote porque ya, algunas cuestiones, las manejas muy bien..
O al menos eso crees.
Me fui a lavar los dientes y mirándome en el espejo con socarrona sonrisa, termine diciéndome, … las obviedades no se pueden poetizar cuando en el intento te crees un poeta.