Marcelo

Como de costumbre Marcelo los jueves emprendía su retirada hacia el encuentro con sus amigos.
Cena, a veces algo apurada ,estaba llena de contenidos o casi vómitos de los comensales con respecto a sus cuestiones diarias y domesticas.
No faltaba el paso por las hazañas, los malestares, las quejas de casa y siempre estaba presente la política pero acompañada de filosofía de barrio, a la que el grupo podía acceder.
Encuentro de amigos que hace falta, ese era el pensamiento que por todas las cabezas pasaba. La cena llegaba a su fin, cuatro o cinco botellas de tinto sin fondo en el haber y el cantado viaje en busca de eso que levante el animo por un rato, que abra la coraza , que te saque de lo cotidiano.
Viaje peligroso, con los obstáculos que ya todos conocemos, termina en el bar que acoge y protege a los lúmpenes intelectuales que ya a esa hora se han creado.
5 fernet, flaco , dice uno…… el primero ya va al baño
; puta, esta con llave gruñe a la vuelta, no importa el de damas cumple la misma función. En el sector under están los timberos de siempre, a veces testigos de un nariguetazo que levanta el ánimo y va cerrando la noche.
El fernet se acaba y por qué no alguno pide otra vuelta, el mozo ya habituado a nuestra presencia lo sirve cargado, es digestivo es casi al unísono el pensamiento de la mesa.
La charla sigue y aunque nada paso cada uno se siente tranquilo del haber estado de gira con el grupo de amigos que siempre está ahí .
7 días faltan para el jueves, 7 días de maldita costumbre, 7 días para vivir ese rato que casi por un instante nos hace libres y grandes. Puto séptimo día que no se qué carajo me da.

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