Cuchara

 Espere demasiado tiempo a que saltes dentro mío. 

Y..

Decidí abrirle una puerta al castigo.

Vinieron a mí cubiertos propios de un bacanal.

Te trocé de inmediato con buen filo.

Ya trozada, te mastique y escupí astillas de tus huesos.

Atravesé pedazos de tus carnes entre los dientes de un tenedor de plata.

Y te lleve más a mí boca y te mastique más.

Y volví a escupir más veces astillas de tus huesos.

Se acababan tus carnes. No mí hambre.

Y los restos de tus entrañas, con mis manos, exprimí con fuerza.

Y chorrearon líquidos trémulos que en la profunda concavidad de una cuchara, se derramaron como almíbar.

Y acabaron entre mis labios.

Y los sorbí.

Y desaparecí.

Cómo desapareció el filoso cuchillo y como desapareciste vos.