Ahora

Me muerdo los dedos. Veo adelante y esta la pared que me mira. Me rasco la mano. No me soporto. No paro de necesitar el vaso. No paro de necesitar el sobre. No paro de necesitar. La estética que me define va cayendo. Los adornos ya no adornan. El orden que siempre me contuvo se desmorona. Los vasos se vacían. Los sobres se esfuman. Yo me pierdo lejano. Siempre fui solo. Siempre le esquive a la soledad. Siempre ya no me funciona. Siempre ya no me acompaña. Siempre ya no lo necesito. El ahora es lo que me abrió la carne. El ahora tiene filo. Este instante me hace solo pero de otra forma. Odio en este ahora. Miro para todos lados y solo veo este ahora. No quiero mirar y cierro los ojos. Igual veo el ahora. Me asusta el hecho de ser parte del ahora. Me asusta haber perdido el don de manejar el tiempo. Me congelo en este instante. Miro más a todos lados. Sigue el ahora. No hay nadie ahora. Estoy solo ahora. Todos me ven como no solo. Todos me ven como mas que el ahora. Todos me ven como un antes. Un ahora. Un después. Yo no veo a nadie ahora. Solo veo mi vaso. Veo mí sobre. Veo mí ahora. Veo cosas que ya no quiero ver. Ya no quiero el ahora. Veo muchas pipas a la derecha. Veo muchos libros a la izquierda. Veo muchos ahoras que me rodean. Como salgo del ahora? Como voy a otra cosa que no sea ni antes ni después? Cargador de teléfono. Copa con cigarrillos. Copa con vino. Copa con ahoras. No quiero mas copas. No quiero mas no querer. Me pica la cabeza. Tengo piojos. Son de ahora. Me pican ahora. Ojala me picaran después. Ahora no necesito que me piquen. Ahora no necesito. Ahora quiero que el ahora no sea quieto.  La pausa esta me hace morder los dedos. Otra vez vuelvo al ahora de recién. No llega a hacerse pasado. Miro más a los lados. Todo es este ahora. Se muestra estático e inquisidor. Se comploto para dejarme solo. No hay moscas. No hay brisa. No hay calor. No hay frió. Solo hay un cruel ahora. Escucho un sonido que me exalta y saca del ahora. Un mensaje de texto tuyo. Preguntas algo sobre mí. Sigue siendo ahora pero diferente. Sigo estando solo pero con tu mensaje. Me contenía hasta ahora. Me protegía hasta ahora. Ser solo siempre en un ahora tenia su sentido. Tener alguien que mande mensajes me cambia los sentidos. Me seguís mandando mensajes. Seguís queriendo saber que estoy viviendo.  Yo sigo queriendo saber que estoy viviendo. Ahora ya tengo algo más para ver alrededor. Ahora hay un teléfono que con ruidos te muestra. Ahora me asusta que alguien comparta mí ahora. No te contesto. No te voy a contestar. Podrás salir de ese teléfono y aparecerte frente a mi? Podrás ser parte real del ahora?. Yo de esta realidad no puedo salir. Estoy preso en el instante. Soy esclavo del momento actual. Soy la oscura definición de un ahora cruel. El ahora transcurre y veo iluminarse la pantalla. Ahora ya no hay ruido de mensaje. Ahora queres entrar en mí ahora y hablarme. Ahora tengo que decidir si dejo de ser solo por un instante. Ahora voy a aceptar escuchar tu voz. Ahora dejo los vasos. Ahora dejo los sobres. Dejo el estático entorno. Ahora me voy a animar a dejar de ser solo. Ahora te voy a atender.

Frío y Blanco

Caía nieve detrás de la montaña que por la ventana pintaba un mundo feliz.
Deseaba que se repitiera el perfume de la seda durante las mil noches y una noche que vendrían.
Casi viviendo el proceso de la metamorfosis, el alquimista en el que me convertí, inyectaba nuevamente la cordura en mi cuerpo.
Quería algo de aventura, salir de este disfrute absurdo y atravesar el vidrio frío en busca de la sensación áspera de aquella geografía.
Sentía un empuje tal, que para comprenderlo hubiera necesitados ojear el manual del ingeniero. Ese seria el segundo. Años atrás, había pasado de grado dentro de la logia, con la ayuda del manual del maestro masón.
Platero y yo estábamos listos para emprender un camino.
La luna teñía con sombras el horizonte mientras el corsario negro aguardaba sentir mi peso sobre el.
Abandonábamos la Republica, soñábamos con convertirla en las tierras de simbad el marino, extasiados en un galope sanguíneo, sintiendo el polvo y los vientos que erosionan las caras, recordé las enseñanzas de don Juan, los momentos de tenue luz, vasos húmedos y diabólico placer que nos permitíamos.
Se me aparecían las memorias de mis putas tristes.
Oía música de cañerías entre cada golpe de herradura.
Y al final me llene de goce al recordar el aprendizaje de zen el arte del tiro al blanco
Todo encajaba, mi pasado se fundía con el de platero, los dejábamos atrás, mientras sentíamos la nieve cayéndonos en la cara.