Angosto ámbito acoge a ácidos actores añejos
buscando beber bourbon, besando bordes bajos
culpando contundentemente caras cabizbajas
chantajeando chamanes,  chamuscando chatarras
dejando dolor donde duramente duele dentro
enfrentando efímeros enredos enfermos
falsificando finas felicidades futilmente fugaces
gastando gemidos guturales, grasos, gordos
hipnotizando hembras, hundiendo hediondos hedonismos
imaginando inconscientemente ir inundando ideas
juzgando justamente jóvenes juglares jornaleros
kioskeando karmicos kamikazes karatekas
lamiendo laxas lunas limadas, lechosas
llenando llanuras, llamando lloradas lloviznas
manoseando mágicas mentiras muertas
negando nacimientos necios, nutriendo necedades
ñequeando ñudosas ñañas, ñongadas  ñiñas
organizando oscuras obras obsecuentemente oníricas
provocando putrefacción, puliendo penas paupérrimas
queriendo quemar quietas querencias
reivindicando raíces, retorciendo rincones
sustrayendo sueños sin sentir sabores
temiendo tristes tiempos tremendamente tóxicos
ultrajando urnas usadas, unificando universos
vaciando vidas vanas, vetando verdades
wikificando westerns whiskeros
xabalonando xenófobas xilófagas xalapas
yugando yeseros y yodos yerbados
zuñendo zumbadores zánganos, zabulliendo zariguellas

Chiche....

18 años disfrute sin tu presencia, largos y suaves días pudiendo descansar mis cuatro patas en el lado de la cama que solías calentar.
Tu muy deseada muerte dio comienzo a las más gratas mañanas desbordantes de trocitos de Dogui, caramelos en barra, carencia de pulgas y una que otra caricia que algún poblador de la casa se animaba a brindarme ante tu ausencia.
Fui feliz desde aquel octubre del 91, descubrí lo que era la real vida de perro…… pude ser perro.
De cierta forma tendría que agradecerte aquellos lejanos años con vos.
Haberme hecho creer que la vida era tan miserable, magnifica extraordinariamente el placer que me dieron estos años sin vos, que sorpresivamente, culminaron esta tarde con mi triste muerte.
Ahora ladro sordamente como un caniche, por favor no encontrarme con vos y desde el cielo raso de la cocina, veo como tu ex mujer pide que te cuide mientras limpia mi sangre con el viejo diario que saco de un cajón y que en una de sus paginas una minúscula necrológica dice: Bernardo Jacobo Heller, falleció el 13-10-91, Chiche: Siempre estarás en nuestros corazones…

Aquella niña.

Esa niña que creció a la luz de cierta belleza ajena, camina suave las baldosas que bajo sus pies adornan el bello tiempo que se transcurre.
Lunas salen sin parar y al irse le van cambiando su mirada de sol.
Las tardes van llegando más rápido cada vez y ella silencia su sonrisa.
El suelo va gastándose y al final de la esquina, luego de miles de lunas y tardes, se encuentra con el mismo amanecer, aquel que la vio nacer.
Pero ahora ya no es la misma, ahora ya no es niña, ahora ya es mujer.
La que ella siempre, aunque sin saberlo, soñó.
Igual pero distinta, completa de una forma que antes hubiera sido incapaz de imaginar.
Y ahí estaba ese mandato, justo a la vuelta de la esquina, probo, marcial, casi inquisidor, atravesándola con sus ojos pero sin juzgarla, haciéndola sentir que esa mujer que baldosas atrás descubrió, era sencillamente ella misma inundada de su pura esencia.
Extraño mandato provocador de su real paz, da comienzo a este nuevo domingo, natalicio de esta nueva mujer.