Supuse que tal vez mi cuerpo estaba recostado en el hotel del millón de
dólares.
Eso, sería como estar tan lejos… tan cerca.
Un falso movimiento, como los de aquel amigo americano, en letra
escarlata, me ponía frente a los ojos el estado de las cosas.
Esa noche entre sueños, con el curso del tiempo queriendo ir hasta el
fin del mundo, viaje en un tour Paris – Texas.
Las alas del deseo me llevaron al hombre de China Town que apareció
junto a Alicia en las ciudades aledañas a Tokio-Ga. Y frente a ella tuve el
miedo del arquero ante el tiro de un penal.
Gire la cabeza, vi un relámpago sobre el agua y descubrí a la mañana
siguiente el verano en la ciudad.
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