Si lo pienso un rato, ni tengo tiempo para perder en comulgar con tu circunstancia.
Acaso voy a tratar de contarte, que al pensarte a diario, en la tardes, siento el colchón que te llevas doliéndome en mi espalda?
Peco de ingenuo, no!, delinco y consiente, al creer que unas palabras que te digo pueden cambiar algo.
“No voy a permitir que te separes “, la otra noche te dije esa frase creyendo ser un gurú marital,
Si algo caracteriza nuestra amistad es la bordo y tibia, mutua necesidad.
Ardor y picazón que se calma tan solo con un martes cómplice, inmaduro y mártir, firme en el tiempo.
Se te acabaron las fichas, la casa se reservó el derecho de admisión y permanencia.
El regodeo Bukowskiano tan atractivo ya no decora.
Se le acabo el changüí al artista. No somos artistas
Solo por ser hoy me atrevo a decir que, de la bolsa de gritos recogidos en mis más revueltos íntimos reclamos, solo saque un caramelo media hora,
Hoy te voy a dejar de acompañar, voy a confirmar mi check in y de paso, egoísta, entrar en pausa de vos. Tengo adelante mío 12 días anhelados.
Sos tan cobardemente hijo de puta que no vas a ser capaz de quitarte la vida en mis vacaciones.
Solo por eso mereces una remera de miles Davis. Y yo algo, de sol.

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