Mi Jazmin


Voy a recordar este día 2 de octubre.
Lo voy a recordar porque sentí alivio.
Lo voy a agendar para no olvidar, porque no quiero olvidarlo.
Lo voy a agendar, porque quiero recordarlo.
La vida, lejos de ser justa, es cruel y dura muchas veces.
La vida, lejos de recrear nuestros deseos, se crea a su antojo.
Pero mi vida, en algunas veces, me da placeres.
Y ayer miércoles 2 de octubre me dio uno grande.
Sentí que había mérito para celebrar.
Sentí que extensos tiempos de angustias y desazones mostraron respiro.
Sentí que la intranquilidad y tristeza causada por una alteración moral terminaba.
Sentí que el ímpetu de mi visión de justicia no era en vano o incapaz de producir provecho.
Sentí que ayer se hizo la primavera.
Y siento ahora, hoy, el aroma de la florcita más bella y dulce que sentí en mi vida.
En mis entrañas.
Quien se atreva a marchitar al Jazmín de mi jardín, pagara moralmente, físicamente y por sobre todo atrozmente su atrevimiento.
Celebremos el día de ayer.
Que la construcción de uno, como la historia de los pueblos, se basa en lo que costaron las batallas.
Y si hay cuentas que pagar se pagaran.
Celebremos hoy que hoy hay que celebrar.

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