Mis Manos como garras no son puños que atacan, se cierran
dejando dentro miedos viejos, vahos densos, presos sueños.
Atrapan Calor contenido en una helada contracción.
Muriendo en bajada y de lejos debiera regresar de a poco.
Y me protejo, me cuido de sentirme vivo y suave.
Hasta el imaginarte primavera oso.
Y amo a distancia, asesinando la posibilidad de que te
concretes.
Sacrificando tu intención peco.
Y brutal delinque mi alma con sádica cobardía.
Mientras rifo mis tripas me vanaglorio.
Y aun así, cansado, mórbido y grosero, No me acuesto a tu
lado.
Tal vez, estúpidamente, me encuentro así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario